¿Por qué una casa de estructura de madera?

Las razones para construir con madera:

Eficiencia entre ligereza y resistencia.

La madera es el resultado de la evolución de millones de años de un material moldeado por la naturaleza. Es bien sabido que la naturaleza no malgasta la energía innecesariamente, sino que la utiliza únicamente de la manera más eficiente que puede. Por lo tanto, después de la evolución de las especies vegetales, no cabe duda que ha conseguido que la madera sea de alta “biotecnología”. Consigue estructuras naturales muy ligeras y con resistencias muy grandes ante las inclemencias climatológicas. Esto, traducido a las estructuras de los edificios, se consiguen elementos estructurales del mismo modo ligeros y resistentes, consiguiendo espacios más diáfanos y con menos peso. En definitiva, el ahorro en materiales y energía para un mismo espacio es considerable. Para quienes les gustan las cifras, si comparamos la relación resistencia/peso de la madera con el acero o el hormigón comprobaremos que es superior en 1,3 veces al acero y 10 veces a la del hormigón.

Reduce la contaminación.

Tener madera equivale a tener depósitos de CO2 acumulados en nuestros edificios, ya que este CO2 lo absorvió el árbol durante su vida y no se ha acumulado en la atmósfera. Utilizar madera solo supone un pequeño consumo de energía para su transformación. Se debería utilizar madera de fuentes cercanas.

Reduce el tiempo y el ruido en las obras.

Mediante el concepto de la prefabricación, se consigue producir en serie los componentes de una construcción. Después, en el lugar definitivo, simplemente se requerirá del montaje preciso de dichos componentes, no de elaboración. Este concepto nos demuestra que en la construcción de una vivienda de madera prefabricada se reduzca el tiempo y el ruido de manera considerable. Al mismo tiempo, se están reduciendo costes, energía y residuos generados en la obra.

Material durable.

Bien extensa es la creencia de que la madera no es un material durable, es decir, que se estropea en poco tiempo y requiere mucho mantenimiento. Esta creencia no es cierta y la podemos revatir explicando ejemplos de casos que demuestran todo lo contrario.

El primer de los ejemplos reales es el edificio más antiguo del mundo realizado en madera, el templo budista Horuy-ji (Japón) que fue fundado en el año 607 y que actualmente sigue en pie después de sus 1.417 años de antigüedad.

El segundo es el edificio de madera más antiguo de Europa, una vivienda en Suiza, construida en el año 1.287, con 733 años de antigüedad.

Estos ejemplos demuestran que la madera es un material duradero, ahora sí, hay que saber utilizar la especie adecuada al uso, saber protegerla de las humedades y saber aplicarle los materiales de protección adecuados.

Resistencia al fuego de la madera.

Otra de las creencias equivocadas es que la madera es un mal material en su reacción al fuego. La madera es un combustible con un muy buen comportamiento frente al fuego debido a que la forma que tiene de arder, la carbonización, hace que se retarde la transmisión de la temperatura hacia el interior. Necesita alcanzar más de 400ºC para comenzar a arder ya que antes el agua contenida consigue frenar el proceso. Una vez alcanzados los 400ºC, la superficie exterior se carboniza, a una velocidad de 0,8 mm/min (de media en las coníferas) y protege al resto del material, que conserva intacta su capacidad estructural. Simplemente dando a los elementos estructurales unos milímetros más de lo estrictamente necesarios para su función estructural, estos conseguirán resistir las cargas para las que han sido calculadas sin problema. Además, los gases que se emiten en la combustión no son tóxicos, como ocurre con otros materiales como el PVC.

Material saludable y confortable.

Una de las razones por las que la madera es un material saludable es porque en el momento en el que se introduce en los edificios debe de estar “seca”, con un 9% de humedad. Esto hace que se encuentre en equilibrio y no aporte humedad extra al ambiente interior de nuestra vivienda. Lo que sí que conseguimos con la madera es que gracias a su alta capacidad de regulación la humedad del ambiente (higroscopicidad), absorviendo el exceso y devolviéndolo cuando el ambiente ya está más seco. Otra de las características de la madera es su baja conductividad térmica, que hace que sea más agradable al tacto que otros materiales fríos al tocarlos, como la piedra y el vidrio.

El uso de la madera certificada conserva los bosques.

En primer lugar, simplemente por la utilización de la madera ya se consigue la limpieza de los bosques y la reducción del riesgo de plagas e incendios. La tala controlada de un bosque favorece su regeneración, cosa que si no se realiza, él mismo lo intentará mediante plagas de insectos. Por otro lado, la existencia de bosques favorece la generación de nutrientes y no su lavado por las lluvias.

Ahorro de energía.

Para su fabricación, el árbol ha utilizado energía solar durante toda su vida, ya se ha encargado la naturaleza de realizar el mayor esfuerzo. La energía necesaria para su transformación en elementos de construcción es muy pequeña. Además, la madera tiene una característica básica de los materiales aislantes: baja conductividad térmica, que se refiere a la resistencia que ofrece el material a que el calor lo atraviese (ya sea del interior al exterior en invierno o del exterior al interior en verano). Esta cualidad hará que aumente la rentabilidad de cualquier edificio respecto a los que utilizan materiales peores en cuanto al aislamiento dado que necesitarán un mayor consumo energético para conseguir el confort (en caso de que lo consigan).

Cita de Frank Lloyd Wright

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“La felicidad se alcanza cuando lo que PIENSAS, lo que DICES y lo que HACES están en armonía”

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